¿Te has preguntado alguna vez cómo es la vida de un fondo de capital riesgo? Mucho dinero, varias personas, a veces casi desconocidas entre ellas, proyectos nuevos… ¿Cómo funcionan para que todo el proceso sea lo más seguro posible? Hoy te lo contamos en el blog de Odemira.

En ocasiones anteriores hemos introducido en nuestro blog el concepto de private equity e, incluso, hemos profundizado sobre todo lo que le rodea. Ahora ha llegado el momento de explicaros cómo funciona un fondo de capital riesgo en la práctica, desde su comienzo hasta su final.

A lo largo de su vida, un fondo pasa por cuatro fases:

• Constitución
• Inversión
• Gestión
• Desinversión.

Son cuatro fases diferenciadas, pero, que pueden coincidir en el tiempo en algunos casos. Nos daremos cuenta de que, en ciertas ocasiones, sería posible estar en la etapa de gestión en alguna de las empresas participadas mientras que en otra de ellas nos encontraremos en la etapa de desinversión.

Para los que no están muy familiarizados con el sector, puede que se extrañen con los plazos de los que hablaremos a continuación e incluso piensen que son demasiados amplios, pero, es así como funciona un fondo de capital privado y es necesario que nos acostumbremos a tener un horizonte temporal de inversión de medio y largo plazo.

El proyecto comienza, como bien índica su nombre, con la etapa de constitución. Es el momento en el que, desde el fondo, se buscan posibles inversores dispuestos a confiar su patrimonio, explicándoles cuál será la estrategia a seguir del mismo y los motivos por los que los gestores creen que son capaces de conseguir cierta rentabilidad sobre sus ahorros.

Esta tarea no es nada sencilla, pues hay competencia y hay que saber demostrar el motivo por el que el fondo es el que mejor se adapta a los intereses de cada inversor. En este punto, es importante recalcar que los partícipes no tienen por qué hacer el desembolso completo en ese instante, pero sí comprometerse a los mismos en un futuro. Esta fase suele ocupar entre un año y un año y medio y, cuando acaba, se dice que el fondo “se cierra”, en el sentido de que ya no se admiten nuevos partícipes.

Una vez que ya se tiene comprometido el capital necesario, comienza la etapa de inversión, que es la parte que más nos puede sonar. Es el momento en el que, desde el fondo, se comienzan a analizar y valorar las diferentes oportunidades que les ofrece el mercado para, finalmente, acabar invirtiendo en las que ofrezcan una relación rentabilidad-riesgo atractiva y los gestores entiendan como oportunas. Durante este proceso, y a la vez que el fondo va concretando las inversiones, se va solicitando a los inversores que realicen los desembolsos comprometidos en la etapa de constitución.

Posteriormente a la entrada en las compañías, llega una etapa de gestión, aunque con matices. Las participaciones que toma un fondo pueden ser mayoritarias (cuando se posee más del 50% de la compañía) o minoritarias (cuando se posee menos del 50% de la compañía). Según el porcentaje de control que tenga el fondo sobre la compañía, este estará más o menos implicado en la gestión de la misma. Una práctica muy común en este tipo de operaciones es la de dar entrada en el consejo de administración de las compañías a un miembro del fondo.

Por último, llega la etapa de desinversión, en la que, una vez las compañías han crecido y han aumentado su valor, el fondo entiende que es el momento correcto para proceder a la venta de las mismas y materializar el trabajo que se ha ido realizando durante estos años. Una vez vendidas las participaciones de las empresas que han estado en cartera, se devuelve el capital junto con los retornos netos (excluyendo comisiones) a los inversores y termina la vida del fondo.

Esperamos haber podido ayudado a comprender un poco mejor el funcionamiento del private equity.

Recuerda, si tienes un proyecto de valor en fase temprana, en Odemira Capital queremos conocerte a ti y a tu proyecto, y ayudarte a que esa semilla crezca más rápido y mejor.